Rest In Peace

Tomé entre mis dedos tu regordeta mano,suave, lisa , cálida. Noté en tus azulados ojos un brillo especial, la experiencia adquirida en la vida creando mella en tu arrugado rostro.Escuche tu dulce voz, mi nombre obteniendo un matiz especial cuando lo pronunciabas. Y me senté junto a ti, sintiéndome s segura.Me ofreciste de comer y de manera rotunda me negué, más sin embargo volviste a insistir aún después de que de huí de las palabras de Chena,aún cuando estaba lejos me recordaste y me mandaste aquello que me negué a probar. Ya me iba y no sé porque nuevamente sentí un poco de valentía, regrese sobre mis pasos y con cierta duda, entré. Ahí, en el mismo sofá sobre el cual me senté a tu lado, veías a todos pasar, extendiste tus manos cuando dije “Me marcho ya” “Cuidaté hija” tus labios exclamaron. Y en un arranqué porque no fue por mera cortesía.Me incline sobre ti y estampe mis labios sobre tu arrugada mejilla, ¿te hice sentir bien? No lo sé pero esa fue nuestra última despedida. Treinta minutos han pasado desde que recibí la noticia, lo sé porque miré el reloj cuando la puerta sonó, porque apenas la abrí pude ver en aquellos ojos cafés claro plasmada la melancolía. “Llama a tu papá “Linda” se ha ido. Y mi corazón se aceleró, porque sabía que eso sucedería pero no tan pronto. Porque se que me querías aunque realmente no fuera de tu propia familia, porque se que sobre todo querías a papá, porque ahora que lo escuche decir “Dios mío” mientras suspiraba hondo, se que él también lo hacía. Descansa en paz abuelita paterna, duerme tranquila por siempre.